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Elimina tu ansiedad

Dado los tiempos extremos que estamos viviendo como humanidad, podría parecer razonable que los niveles de ansiedad se hayan elevado de esta forma; sin embargo, es importante destacar que la ansiedad no surge de las situaciones como tal, sino que es el resultado de factores psicogénicos. En otras palabras, la ansiedad surge de la forma en la que lidiamos mental y emocionalmente con nuestras circunstancias de vida. En este escrito quiero compartir contigo un sencillo enfoque psicológico, una estrategia para enfrentar la ansiedad, que ha demostrado eliminarla de forma muy eficaz.

Hablemos de la ansiedad

Nunca en la historia se había registrado un número tan alto de personas con ansiedad. En los últimos dos años, los casos mundiales han aumentado un 28% con un incremento del 25% en la prescripción de antidepresivos y ansiolíticos.

La ansiedad es un estado de inquietud mental extrema combinado con una intensa agitación física, cuya causa psicológica principal es la obsesiva inseguridad ante lo incierto y lo desconocido. Dado los tiempos extremos que estamos viviendo como humanidad, podría parecer razonable que los niveles de ansiedad se hayan elevado de esta forma; sin embargo, es importante destacar que la ansiedad no surge de las situaciones como tal, sino que es el resultado de factores psicogénicos. En otras palabras, la ansiedad surge de la forma en la que lidiamos mental y emocionalmente con nuestras circunstancias de vida. En este escrito quiero compartir contigo un sencillo enfoque psicológico, una estrategia para enfrentar la ansiedad, que ha demostrado eliminarla de forma muy eficaz.

De dónde surge la ansiedad

La mente siempre juega con la posibilidad del desastre futuro. Nuestros sistemas de alerta están constantemente tratando de anticiparse a cualquier amenaza y para ello fomentan todo tipo de pensamientos donde se nos presenta la posibilidad de la catástrofe.

¿Y si pasa esto? Dice tu mente. ¿Y si pasa aquello?

No obstante, el objetivo de estos pensamientos no es atormentarte, sino todo lo contrario. Tu mente quiere que explores esas posibilidades que te plantea para que obtengas información de esos hipotéticos eventos antes de que sucedan y así sepas reaccionar si llegan a suceder. Tus sistemas de alerta te invitan a usar tu imaginación para prepararte ante la posible aparición de un problema futuro; imaginar problemas y desgracias es una de las formas en las que los seres humanos reunimos conocimiento acerca de la realidad. Al igual que un científico o un ingeniero intentan anticiparse constantemente a posibles desastres (¿Qué pasaría si el problema X llegar a suceder? ¿Qué posibles soluciones podemos darle al problema X antes de que aparezca? Y en caso de que no podamos evitar la aparición del problema X, ¿Qué podemos hacer cuando aparezca? ¿Cómo lo manejamos?), cuando nos imaginamos escenarios futuros problemáticos y tratamos de considerar las posibles soluciones, nos estamos preparando para vivir con una mayor destreza en el presente.

La persona con ansiedad en cambio no se permite a sí misma usar la imaginación como fuente de conocimiento, sino que, al sentirse incapaz de lidiar con un evento inesperado, se siente indefensa y sobrepasada. Cuando sus sistemas cerebrales de alarma crean pensamientos de preocupación, la persona ansiosa se queda en ese estado, dando vueltas y vueltas alrededor del problema, sin llegar a adentrarse en la imaginación de la solución. De esta forma, nunca obtiene la información que sus sistemas de alarma querían que obtuviera, lo que provoca que las regiones cerebrales involucradas en la percepción de la amenaza empiecen a funcionar en bucle, por eso la ansiedad aparece.

Cuando la ansiedad aparece, lo natural es querer escapar de ella, porque no es nada agradable. De modo que intentas reprimir todos esos pensamientos que te presentan la posibilidad de algo incierto y desconocido porque te aterroriza, no quieres ni pensar en ello. Pero intentar reprimir estos pensamientos solo provoca que se manifiesten con más fuerza ya que tu cerebro, al notar que te resistes a buscar solución a la amenaza, hace que estos pensamientos sean más intensos y repetitivos para que te resulte imposible seguir ignorándolos o suprimiéndolos. Lo cual, evidentemente, provoca aún más ansiedad.

Es como si tu cuerpo hubiera activado la alarma anti-humo, pero tú en lugar de permitir que los aspersores de agua funcionen, le echas gasolina a fuego, en un círculo vicioso que te sumerge en un ciclo de constante ansiedad.

Adéntrate en lo desconocido

Entonces ¿Cuál es la solución a la ansiedad? Tienes que entrar de lleno en lo incierto, adentrarte en lo desconocido. En lugar de reprimir tus pensamientos incómodos, permite que se desarrollen y sigan su curso para reunir la información que tus sistemas de alarma quieren darte.

Herramienta #5

Este es un sistema que yo llamo especulación creativa.

Toma una de estas fantasías que te están torturando y, en lugar de quedarte en un loop preguntándote ¿y si pasa esto? o ¿y si pasa aquello?, dirígete a la fantasía, imagina que realmente sucedió y responde a la pregunta.

Puede que permitir que tu mente se adentre en esas posibilidades que te aterran te parezca contraproducente, pero créeme, no lo es. Al evitar caer en la supresión de pensamientos y obtener la información que tus sistemas de alarma buscaban, permites que tus mangueras funcionen y el fuego se apague.

¿Cómo se logra la especulación creativa?

Existen tres formas principales de desarrollar la habilidad de la especulación creativa.

Observa tus pensamientos

Conviértete en testigo de tus pensamientos, no en su protagonista. Al igual que se practica en mindfulness, observa tus pensamientos de manera desapegada y permite que se desarrollen sin caer en reacciones emocionales caóticas, obsérvalos casi como si fuera una película. Esta es una capacidad que todos tenemos y que se desarrolla con la práctica de ejercicios como el mindfulness y la meditación. (pendiente a los próximos artículos, para aprender más de la meditación y temas similares.)

Prueba la terapia clínica

Si el mindfulness no es lo tuyo, es probable que te sientas más seguro contando con el apoyo de un terapeuta cualificado. De esta manera, elaborarás esas preocupaciones bajo la guía de un profesional clínico, que te acompañará durante todo el proceso.

Escribe

La forma más sencilla y eficaz de especulación creativa para mí es la escritura. A mucha gente le cuesta dejar que su mente elabore sus fantasías desastrosas porque sus pensamientos se mezclan a lo loco en la cabeza, se agolpan los unos sobre los otros y cuando quieren ocuparse de uno ya hay otros cinco que les atropellaron. Escribir es una forma de ordenar el caos de tus pensamientos, una forma de organizarlos coherentemente con un hilo conductor que se puede seguir fácilmente.

¿Y qué es lo que escribes? La historia de lo que harás cuando eso que tanto te preocupa suceda. Por ejemplo, digamos que te preocupa perder tu empleo y no tener dinero para pagar la casa y mantener a tu familia. Toma esta preocupación, ponte en esa situación donde lo peor ya pasó y avanza a partir de ahí para extraer la información de esa posibilidad. Estás en tu casa en tu primer día como desempleado: ¿Qué vas a hacer? ¿Por dónde vas a empezar a solucionar esta catástrofe? ¿Cuál es tu prioridad? ¿Encontrar un empleo? ¡Genial, ya tienes un objetivo! Ahora, ¿Qué primer paso podrías dar para encontrar un empleo? Considera tus opciones, explora e imagina las posibilidades y escribe todo lo que vas descubriendo.

Elijas la técnica que elijas para perfeccionar la habilidad de la especulación creativa, no solo estarás obteniendo la información que tus sistemas de alarma querían que descubrieras, sino que desarrollarás la fortaleza psicológica que te permitirá enfrentarte a lo incierto y desconocido sin perder la cabeza. Toda tu estructura psicológica y fisiológica se orienta a la superación, no al lamento, la parálisis o el pánico que te hunde en la ansiedad. Por eso, enfrentar tus temores de forma voluntaria hace que el sistema de amenaza y peligro quede desactivado y en lugar de ello se active el sistema de desafío, que reúne toda una serie de recursos psicofisiológicos completamente diferentes, diseñados para ayudarte a superar los desafíos, seguir avanzando, y muy importante, producir emociones positivas. Te volverás más valiente, encontrarás la forma de sostenerte a ti mismo y de transitar esos momentos de extrema dificultad sin permitir que te despedacen. Saber que eres capaz de esto, con certeza, hace que tu autopercepción se vuelva fuente de emoción positiva.

Ahora más que nunca necesitamos seres humanos libres, conscientes, capaces de enfrentarse con ganas a los desafíos que nos acechan. Espero que este enfoque y estas herramientas te ayuden a recuperar tu fortaleza, a salir del agujero que cava tu ansiedad, convertirte en quien puedes llegar a ser y ocupar tu lugar en el mundo.

Autor: J. Benito

Edición: Astra 92

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